Este proyecto de reforma aborda primero la división de propiedad de una vivienda tradicional mallorquina. La distribución resultante crea dos viviendas independientes, que comparten un zaguán de entrada que sirve como punto de encuentro.

La construcción, ubicada entre medianeras y con características propias de las residencias de dos plantas, se somete a una transformación que tiene como objetivo preservar sus rasgos únicos y, al mismo tiempo, actualizar aquellos aspectos que demandan modernización.

La fusión entre lo tradicional y lo contemporáneo se manifiesta en la combinación de materiales como el marés y la madera. Esta cuidada integración no solo refleja un respeto por la herencia arquitectónica, sino que también unifica la imagen de las viviendas. Además, se introducen elementos modernos, como una pequeña piscina en el patio y celosías de madera en el interior. Estas celosías, más allá de su función práctica al dividir espacios y regular la iluminación y privacidad, se convierten en un sello distintivo del proyecto, aportando un toque contemporáneo y funcional.

La propuesta destaca por la transformación estética y por la redefinición de la funcionalidad del espacio. Las dos viviendas independientes representan una adaptación moderna de la estructura original. El resultado es una renovación que respeta la tradición, dando lugar a un proyecto distintivo y contemporáneo.