La reforma de la recepción busca potenciar la conexión con el entorno, abriéndose al mar y creando un espacio acogedor con materiales naturales y tonos cálidos. La fachada se renueva con un blanco cálido, celosías decorativas y vegetación, logrando una imagen fresca y luminosa.

El diseño interior apuesta por la piedra de marés en el mobiliario, aportando textura y elegancia. La zona de espera incorpora tonos turquesa y azul en sintonía con la imagen del hotel, creando un ambiente relajado.

El bar de recepción, con barra en piedra marés y detalles en madera, ofrece un espacio de socialización en armonía con el diseño general. Esta reforma transforma la recepción en un entorno moderno y funcional, donde el diseño y la naturaleza se combinan para ofrecer una experiencia envolvente desde la llegada.