La intervención consta de dos partes, la optimización y mejora de las áreas comunes de un hotel existente de 202 habitaciones y la incorporación de nuevas habitaciones en un bosque de pinos colindante al terreno.

La estrategia de diseño adoptada se caracteriza por su enfoque sostenible y por un profundo respeto la vegetación existente. La extensión se propone para conservar los pinos del bosque, dando lugar a villas de una o dos alturas distribuidas de manera respetuosa.

Los volúmenes, materiales y acabados adoptados reflejan la estética de la arquitectura tradicional mediterránea. Contribuyendo así a un ambiente donde la arquitectura y la naturaleza coexisten.

Con esta iniciativa se busca no lo solo la expansión del hotel, sino que se erige como testimonio de la posibilidad de desarrollar infraestructuras turísticas modernas que, lejos de imponerse sobre su entorno, logran integrarse con la naturaleza mediterránea.