La intervención se realiza sobre un histórico complejo hotelero de los años sesenta en la costa norte de Mallorca. El proyecto original fue concebido cjunto al desarrollo urbanístico de la zona, siento un edificio emblemático de la arquitectura moderna española del siglo XX. El arquitecto dejó su impronta en un diseño que se ha visto afectado por intervenciones posteriores, desviándose del concepto inicial.

La propuesta busca rescatar la esencia del proyecto original, despojándose de intervenciones que lo desvirtúan. Se priorizan la integración con el paisaje, la puesta en valor de la vegetación y la preservación de un lenguaje arquitectónico liviano de volúmenes fragmentados, valores que originalmente buscaban crear una experiencia de oasis en familia. 

Se hace una gran apuesta por transformar el complejo hotelero en un referente de turismo responsable y sostenible, tanto en su diseño como en la experiencia de los huéspedes.

La vegetalización de las fachadas y del conjunto, consigue que el complejo pase de ser un elemento que rompe el paisaje a uno que lo construye y dialoga con el entorno. La adopción de criterios constructivos y operativos sostenibles, junto con iniciativas como la incorporación de un huerto urbano, refuerzan el compromiso con la conciencia ambiental.