El proyecto se ubica en la costa de Albania, caracterizada por densos bosques de pinos y extensas playas de arena. Un lugar como este supone un condicionante de partida que nos lleva a plantear la propuesta de construcción del nuevo hotel buscando el mayor respeto en un triple ámbito: El entorno, la tradición y el cliente.

La implantación busca adaptarse a la naturaleza del solar, dividida en tres franjas: una primera de bosque denso de pinos que se mantiene sin construir al máximo para conservarlos, una segunda libre de vegetación, que se aprovecha para ubicar la zona más densa de edificación , y una tercera intermedia, en la que la vegetación ya es más baja, que también se conserva dejando que el terreno natural entre en parte de los solárium pasando el pavimento a ser pasarelas de madera elevadas sobre el mismo.

En lugar de realizar una implantación compacta de carácter más rotundo, la arquitectura se basa en los elementos, la escala y el lenguaje vernáculo albano y mediterráneo, dando lugar a formas escalonadas y volúmenes fragmentados con una materialidad general de estuco, madera, piedra y pérgolas con una gran variedad de texturas, luces y sombras que integran mejor el hotel en su entorno.

Los distintos espacios, circulaciones y comodidades tienen como principal objetivo responder a las necesidades del cliente mejorando su experiencia y su confort, de manera que se crean amplias instalaciones de ocio, restauración y descanso, tanto interiores como exteriores, sin perder la escala humana de los espacios que permite la propia morfología fragmentada del proyecto.